sábado, 30 de abril de 2011

A UN ESCRITOR FALLECIDO, EN SU CUMPLEAÑOS

"Yo soy Carlos Cuevas Paralizábal, viví persiguiendo una quimera: que el mundo conociera mis opiniones plasmadas en mis textos", supongo que debe haber pensado esto durante su largo, largo tiempo de deterioro físico. Carlos fue perdiendo las fuerzas físicas en forma lenta, pero su ánimo y su carácter se mantuvieron.   
Tomado de http://vanessagarza.com/blog/

   El día 10 de abril, plena primavera de 1933, en un día seguramente no tan caluroso como este del 2011, nació en una familia conformada por un padre jalisciense y una madre tabasqueña,  nació.  Si trato de imaginar cómo habrá sido su apariencia, creo que fue un bebé singular pues su delgadez y rasgos faciales eran diferentes a la mayoría de las personas: nariz larga y labios delgados.
   Él recordaba a su madre, abuela y tío con gran cariño, además de su padre.  Tuvo una infancia difícil.  Recordaba que cuando era pequeño, su abuela lo enviaba a la escuela con su hermana mayor, llamada Zoila y que él aprendió a leer y escribir con el hecho de haber ido con su hermana a la escuela.  También decía que le gustaba leer los periódicos, así que el dinero que recibía para comer, él lo invertía en comprar un diario.
   A Carlos Cuevas Paralizábal, en su cumpleaños, lo recordamos con todo nuestro cariño.

EL DESENCANTO DE UNA ESPOSA

Hacía varios años que habían contraído nupcias.  Cuando lo hicieron, Fátima se sintió feliz, creía que había encontrado a la persona ideal, correcta para compartir el resto de su vida y lo mismo pensaba Gualberto, hombre serio pero dicharachero que encantaba a su mujer con sólo emitir alguna palabra.
   Ambos comenzaron su vida de casados con una finalidad: vivir juntos hasta el final, es decir, hasta que el destino los llamase a cuentas o, mejor dicho, que la mala suerte se los llevara del mundo terrenal.
   Fátima se sentía desganada, todo lo que había imaginado que sería la vida de casada, tal y como la había visto en películas y leído en las notas sociales de los Diarios, estaba muy alejada de su realidad.
   Gualberto, por su parte, también experimentaba un desengaño: él había pensado que la vida como jefe de familia sería distinta, pues nunca pensó que, al llevar a cuestas la responsabilidad de un matrimonio, tendría que vérselas con las cuentas del gas, del teléfono, de la luz y la alimentación, sin mencionar el pago de la renta de la casa.
tomado de http://www.entrelineas.org

  En fin, las cosas para ambos eran muy distantes a las que presentan en las  cintas cinematográficas.  
Fátima se fue encerrando en sí misma, solamente hablaba con su pensamiento y él, por su parte, se refugió en el trabajo.  "Es lo mejor, así no me enfrentaré a los reproches de ella", pensaba Gualberto.  "No diré palabra, pues si hablo, temo decir algo que pueda resquebrajar aún más esto", se decía Fátima con molestia cuando llegaba Gualberto del trabajo.

  ”La vida en común no debería ser un castigo, sino un compartir experiencias, situaciones, pensamientos, ideales, ilusiones, esperanzas y responsabilidades aunque no siempre sean entendidas por la otra parte de la pareja", le habían comentado a Fátima, pero era tan difícil...

MÉXICO, DIGNO TEMA PARA UN TANGO

A mi padre le gustaba escuchar a Carlos Gardel, Edmundo Rivero y Susana, entre otros cantantes de tango.  Como es natural,  los gustos de los padres muchas veces se transmiten a los hijos y así, a mi hijo y a mí nos parecen excelentes.  Ahora mismo estoy escuchando tangos, al tiempo en que pienso en mi país.  Creo que México, al igual que "el tapado de armiño", es un tema fenomenal para un compositor del género.  Si no, para prueba, un botón:
-  La inseguridad creciente ante la inercia de la autoridad.


Tomado de radiopositiva.com

-  A consecuencia del abandono, una estación del metro de la línea que va de Buenavista a Ciudad Azteca se colapsó en su estructura, por lo que fue "reparada" con unos postes.
-  El Presidente dijo que el reclamo de la población para exigir seguridad no debía hacerse al gobierno, sino a los delincuentes.  ¿Perdón, pero acaso no es RESPONSABILIDAD DEL GOBIERNO BRINDAR SEGURIDAD A LA POBLACIÓN?
-  La reunión en la que el Presidente insinuó la posibilidad de legalizar la droga, fue vapuleado o mejor dicho, criticado por los estadounidenses.
 
   La ola de calamidades y sinsabores que vive mi país se me antoja como un tango, tal vez el título del mismo sería una copia del famoso "Cuesta abajo" o "Uno" y, para rematar con la clase política le dedicaría "Cambalache".

FAMILIARES INCÓMODOS


Muchas personas, si no es que todas las que existen en el mundo, tienen familiares "incómodos", tal es el caso de personajes que en su tiempo de gloria tuvieron su "talón de Aquiles" que los hizo vulnerables ante los medios, y en la mayor parte de los casos se trata de parientes cercanos, cercanísimos...
    Así sucede en la vida cotidiana, aún sin ser personas renombradas.  Tal es el caso de la honesta y muy responsable Brígida, que se ha dedicado durante varios años a conservar la salud de sus pacientes, es decir, a curarlos efectivamente.  Ella leva más de veinte años trabajando en una Clínica cuya especialidad es la ginecología. 
   Esta mañana Brígida se levantó muy temprano pues debía estar en el nosocomio a las 7:00horas y como vive a una distancia considerable, salió a las 6:00 de la mañana. 
    Mientras conducía su automóvil, pensaba en lo que había trabajado para tener todo lo que posee, sobre todo la reputación profesional y personal "Ha sido un arduo trabajo, he tenido que ser constante, recia, responsable y, a veces, dar más de lo que se puede".
   Como cada mañana, Brígida saludó a enfermeras, camilleros, a la señora que fregaba los pisos y a las recepcionistas:
--¿Muy buenos días, Cómo están?
--Buenos días, doctora.  Una mujer la busca.  Llegó hace unos minutos, dice que es su hermana.  Dijo que regresaría en un rato.
   Al escuchar las palabras emitidas por la joven recepcionista, Brígida sintió que transpiró, un sudor frío recorrió su cuerpo ¿"Qué mala suerte", pensó, "Qué habrá dicho  Pilar a estas personas?  Sé que está en la ciudad, pero no dónde ni cómo estará.  Ojalá que no se vea tan mal".
--Gracias, Malena.  Debe ser una parienta lejana.  Voy a hablar con ella, si es que regresa.  ¿Cuántos pacientes hay el día de hoy?
--Inician dentro de quince minutos, doctora.
--Bien, gracias.
   Brígida se dirigió a pasos acelerados hacia su consultorio, esperaba que su hermana no llegase y, si es que así sucedía, no la encontrara  en  el área común para no dar oportunidad a hacer presentaciones.
   A las 7:10 horas, tiempo  en que Brígida tenía todo dispuesto para iniciar sus consultas, unos golpes fuertes sonaron  en su puerta:  PUM, PUM, PUM, PUM.
   La mujer se dirigió hacia el sonido, giró la perilla y ahí estaba, desdentada y harapienta, la  mujer a la que no veía desde hacía muchos, muchísimos años.
--Hola, ven a verte porque tengo que hacerte un reclamo.  La casa que dejaron mis padres  debe ser para mí porque yo soy la chiquita.
--Este no es el lugar ni el momento, por favor.   Ve a tu casa y después me buscas.  Ten la seguridad de que no  quiérenos abusar de tú.  Afortunadamente y gracias a mi trabajo, no necesito nada.--contestó Brígida al tiempo que invitaba a pasar a su parienta.

Tomado de  mundoeva.com

   Ya dentro del consultorio, dijo así:
--Mira, creo que es una ocasión desafortunada el hecho de que estés aquí.  Yo tengo mi trabajo y gracias a él no necesito herencias, la única herencia que tengo es el producto de mi profesión y con eso me quedo.  Por favor, te pido que te retires y que cuando  estés serena, me llames para concertar una cita fuera de mi trabajo y de mi casa.
   De repente, la hermana "incómoda" de Brígida tuvo un cambio de personalidad y dijo:
--Pero dame un abrazo, hermanita.
   Brígida le dio el abrazo y después abrió la puerta.  La hermana se fue y Brígida suspiró, no de alivio, pues la cercanía actual de la mujer y su desequilibrio mental eran de gran peligro para su estabilidad personal y profesional.

CELOS

   Juan es un hombre alto, de rostro amable y grandes ojos azules.  Es quisquilloso y le apasiona poder tener siempre certeza de las cosas.  Así es como ha vivido hasta ahora,  con la certeza de que siempre llegará el día de mañana y que mañana podrá ser mejor que el hoy.  Se sabe inteligente, por lo que la certeza de que puede afrontar cualquier problema laboral y resolverlo con más o menos rapidez, le hace sentirse satisfecho.
   Un hombre tan seguro de sí mismo y con el atributo físico de Juan llama la atención de las mujeres que lo conocen, pero él no se fija en ellas.
    Laura conoció a Juan hace algunos años, ambos eran estudiantes de una universidad privada, los dos querían ejercer la profesión de Derecho, los dos ambicionaban litigar, resolver problemas civiles y mercantiles, respectivamente.
    Pasaban horas charlando, comentando acerca de sus sueños, sus ambiciones y de sus experiencias familiares y sociales.
   Un buen día, Juan le dijo a Laura:
--Oye, quiero decirte que me gustas muchísimo.  Creo que sería bueno intentar una relación.  ¿Qué opinas?
   Para Laura esto no era algo que la sorprendiera, puesto que ella había notado que el muchacho solamente platicaba con ella, además de sus compañeros de clase.  Sonriendo coquetamente y aparentado sorpresa, le contestó:
--Oh, Juan,  nunca esperé esto.  Créeme que me asombra que un hombre como tú, que puede ser popular entre las chicas, se haya fijado en mí.  Claro que me encantaría ser tu novia.
   Los dos jóvenes se abrazaron y besaron.  Así comenzó todo.  
   Laura, menuda y más alegre que nunca, se motivó para estudiar y alcanzar el nivel de Juan, que era el más sobresaliente de su generación.  Pronto, la pareja era popular entre los muchachos de aquella universidad.  Cuando pasaban a la cafetería del Plantel, todos los saludaban con asombro y respeto; ambos se sentían satisfechos y plenos.
   Ya a solas, Juan era extremadamente cariñoso, a tal punto, que Laura se sentía agobiada y le resultaba incómoda la adoración que le profería Juan.  Era como si quisiera adelantarse a sus pensamientos o deseos, siempre le llevaba una flor o cualquier otro detalle antes de comenzar cualquier día.   Solamente había una cosa que a ella le molestaba y era el hecho de que la vigilara.
    Una ocasión en la que Laura debía ir a la Delegación para efectuar una práctica profesional, volteó hacia atrás y lo vio ahí, agachado, escondido.  Ella se dijo: "Creo que me quiere observar, está bien, le permitiré que vea cómo me desempeño en el trabajo y no le  diré que lo vi".
    A partir de ese día, Laura estaba observada a todas horas, solamente cuando llegaba a su casa y cerraba la puerta se sentía libre.  "Esto ya no me está gustando.  Creo que Juan tien

Tomada de vivirica1.blogspot.com

   En efecto, Juan había abandonado casi por completo sus estudios, pero con el apoyo de Laura y la insistencia, que para él no era certeza, de que lo amaba, logró concentrarse y retomar el rumbo.  Ambos concluyeron sus estudios y consiguieron trabajo: ella, en una dependencia gubernamental y él, de manera particular pues así tendría el tiempo necesario para dedicarlo a ella.
   Juan iba diariamente al lugar donde Laura laboraba.  A veces, Laura salía agitada, otras ansiosa, otras molesta, otras deprimida y otras, feliz.  Siempre comentaba con Juan el motivo de sus estados de ánimo, que eran consecuencia de lo vivido en el campo laboral.
   Por su parte, Juan había controlado los celos, pero no lo suficiente porque siempre se preguntaba: ¿Será verdad? ¿Habrá conocido a alguien que es más interesante que yo?".  Pero no externaba comentario alguno, no quería evidenciar que la inseguridad y el temor lo invadían, no quería que Laura supiera que aquel miedo a la incertidumbre había reaparecido.
--¿Quiéres casarte conmigo?--preguntó Juan.
--¿Pero por qué?  Mira, así estamos bien por ahora.  Quiero hacer mi vida  en plenitud antes de unirnos totalmente.  Deseo disfrutar mi salario, salir, contigo por supuesto, pero sin ataduras.
    Esta respuesta incrementó los celos de Juan, detonaron su impulsividad y, al tiempo que desataba su cinturón y lo deslizaba para tenerlo entre sus manos, dijo así:
--Con que no, eh?  Acaso no soy suficiente para tí? Dime quién es el tipo que ahora ocupa tu mente.
   Laura se sorprendió porque al escuchar esas palabras, sintió cómo la tira de cuero rodeó su cuello.  Ella gritó, imploró:
--No, Juan.  Tú eres el único al que amo.  No hay nadie más que tú.  Tú me gustas demasiado.
   La presión del cinturón cedió, ella logró safarse y, unos pasos atrás, dijo a Juan:
--Estás mal.  Necesitas ayuda profesional.
--No, lo que necesito son certezas.  Quiero la certeza de que es conmigo con quien vas a vivir.  Si no es así, me suicido.
   Acto seguido, el hombre puso el cinturón en su cuello.  No tuvo la fuerza o el valor suficiente para apretar, pero tuvo que aceptar que las certezas son tales cuando existen hechos que las sustenten.
   Laura se fue, sola, a su casa.  Al llegar, contó a sus padres lo acontecido:
--Hija, no cabe duda de que se trata de un individuo peligroso.  Creo que lo más recomendable es que nos vayamos.
 
   Ahora, Laura radica en otro lugar, alejado del hombre al que respetó, amó y en quien confió, pero que tenía un gran defecto: los celos.